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Puertas abiertas y el optimismo responsable

Foto del escritor: carolinagamboa3carolinagamboa3


La mente humana nos juega malas pasadas. Sin darnos cuenta, reconoce primero las puertas cerradas que las abiertas, los errores que los aciertos, las fallas que los logros. Es un respuesta evolutiva a nuestro instinto de supervivencia, lo que no es una excusa suficiente para no hacer algo al respecto, porque la ciencia señala que podemos entrenar el optimismo para tener una visión más balanceada de la realidad.


Este año inició para muchos con puertas cerradas, negocios que no se concretan, clientes que no responden, cartera vencida; mientras que para otros inició con puertas abiertas, negocios a punto de cerrarse, clientes tomándose su tiempo para decidir, finanzas ajustadas. Ambas realidades surgen de los mismos hechos pero son vistas de forma diferente por nuestro cerebro. La pregunta es: ¿cuál de las dos nos moviliza más para actuar en pro de lograr nuestros objetivos?


Los estudios sugieren que cuando tenemos una visión más optimista y compasiva de la realidad actuamos con mayor acierto y empoderamiento. Nos sentimos más motivados a enfrentar los obstáculos y con mayor confianza en nuestras capacidades para hacerlo. Por el contrario, cuando tenemos una visión pesimista de la realidad, actuamos con indecisión, tendemos a aislarnos y a procastinar. Somos mucho más serios a la hora de ver los problemas y en lugar de buscar soluciones sencillas, tendemos a volverlas complejas.


Si bien el optimismo pareciera ser la mejor opción, muchos de nosotros dudamos de cultivarlo porque lo confundimos con la idealización o la simple ilusión de que las cosas salgan bien. Es cierto que el optimismo vacío (sin acción) nos mantiene inmóviles, esperando que las cosas pasen sin hacernos responsables de activarlas. Por esto preferimos movilizarnos desde el miedo para obligarnos a actuar, sin darnos cuenta de que este camino también nos puede inmovilizar. Por esto, el reto es aprender a cultivar el optimismo responsable o lo que yo llamaría en inglés el: ACCOUNTABLE OPTIMISM


Puertas abiertas y el optimismo responsable


Me gusta la analogía de las puertas abiertas porque es una invitación. La puerta nos señala una oportunidad que se encuentra al pasar por ella. En este sentido, el optimismo responsable se refiere a la capacidad de ver la puerta abierta y a la voluntad para atravesarla.


Un ejemplo es cuando hemos elaborado una propuesta para un cliente, la enviamos a tiempo pero han pasado 3 semanas sin recibir respuesta. El optimismo responsable se vería como tomar la valentía de solicitar una reunión con el cliente para resolver dudas sobre la propuesta partiendo de la base de que, al no recibir respuesta negativa, la propuesta sigue en análisis. En este caso, no partimos del miedo de que nos digan que no, sino de la posibilidad de que nos digan que sí lo que nos impulsa a hacer lo necesario para que efectivamente esa sea la respuesta.


Cultivar el optimismo responsable requiere de culturas organizacionales y de líderes que valoren y promuevan la seguridad psicológica, el liderazgo compasivo y la inteligencia emocional. Este tipo de optimismo se diluye en ambientes tóxicos donde los resultados están por encima del bienestar y la ética, o donde la supervivencia del más fuerte guía la consecución de resultados.


¿Qué puertas están abiertas para tí o para tu organización en este momento y qué hace falta para que las atravieses?



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